Módulo 1/ Unidad 1


Unidad 1. Enfoques y atributos de las competencias.

Atributos del concepto de competencia.

Ya habíamos apuntado que este atributo referido a la nivelación de competencias en su movilización hacia la transferibilidad, y que unido a la integración constituían los rasgos distintivos de las competencias. La determinación de niveles es convencional. No puede ser universal si tenemos en cuenta que al establecer niveles se pretende ir obteniendo logros graduales en el camino hacia la competencia y los logros no pueden considerarse con independencia del desarrollo de los estudiantes, ni sin tener en cuenta los contextos concretos en los que se da el proceso de enseñanza aprendizaje en las diferentes poblaciones estudiantiles.

Tal convencionalidad posibilita que nos encontremos con diferentes tipologías clasificatorias, en dependencia de criterios también diferentes, aunque ciertamente la clasificación propia, inherente de manera específica a la formación de competencias, es aquella que encierra la idea de cómo se logra que el alumno transite desde los niveles de novato hacia mayores niveles de experiencia.

Desde esta óptica existen clasificaciones que aluden a criterios diferentes de nivelación como los que exponemos a continuación.

Esta clasificación se realiza en función de arribar a nivel de experiencia, el cual, según Ausubel, se alcanza dentro de cada área del saber, lo que significa que un estudiante puede disponer de un nivel de experiencia en un área, mientras que en relación con otros saberes es un novato.

Por ello, en la alternativa de formación de competencias estamos aludiendo a una estructura modular que requiere de una definición y estructuración diferente. Dentro de la alternativa de competencia vista desde la perspectiva constructivista, se define el módulo como una estructura multidisciplinaria de actividades de aprendizaje. El enfoque integrador de todas las dimensiones de la competencia determina que en torno a las capacidades inferidas (las cuales a su vez integran lo cognitivo, lo psicomotor, lo actitudinal) se dé desde la integración de contenidos, de teoría y práctica, de actividades y de evaluación.

Con esta visión integrada se cierra el abismo que siempre se ha constatado entre tener conocimientos y poder ponerlos en práctica de manera efectiva, que no es más que lograr un saber. Este cierre de abismos tiene más correspondencia con la realidad que lo que tradicionalmente viene sucediendo en el ámbito escolar, donde el conocimiento escolarizado, alejado de la realidad, no se aviene con la totalidad del ser humano insertado en sus dimensiones biológica, intelectual socioafectiva e intrapersonal.

Sólo un enfoque integrado de las acciones encaminadas a formar competencias puede ayudar a contrarrestar la visión instrumentalista con la que se ha calificado, no sin razón, pues ciertamente este enfoque integral sigue siendo un reclamo, urgido de propuestas concretas, como esta que propone la visión modular siempre y cuando rebase los límites del diseño y se adentre de lleno en los modos de actuación efectiva de docentes y alumnos.