Tema 5: Enfrentar los cambios con flexibilidad
Las familias, como las personas que las integran, crecen y cambian. Desde que los hijos llegan, y más tarde, a medida en que ellos se desarrollan, se modifican sus demandas y necesidades, varían los horarios, los espacios y los acuerdos que se formulan entre los integrantes de la familia para poder convivir de manera armónica.
Sólo podemos aspirar a dejar dos legados duraderos a nuestros hijos: uno, raíces; y el otro, alas.
Cambian las necesidades económicas, la forma como distribuimos nuestro tiempo y las tareas de la vida cotidiana. Así mismo se modifica el modo en que cada uno de los miembros de la familia entiende las reglas y el orden que hemos establecido para convivir.
Hay que estar atentos para reconocer cómo cambian nuestros hijos y sus necesidades. Esto permite hacer oportunamente los ajustes requeridos para adecuarnos a las nuevas circunstancias, cuidando de no renunciar a nuestros valores.