Tema 3: La familia como escuela del amor
Dentro del seno de la familia hay que tratar de enseñar a los menores a actuar inteligentemente con los sentimientos. Que conozcan las fases por las que va a pasar el amor; su propio desarrollo, y su potencial para, con base en sus propios conocimientos adquiridos con anterioridad y el apoyo familiar, sepan decidir si algo le beneficia o le perjudica al propio individuo o a los demás, y que por su expresión de amor inteligente sea capaz de decidir si acepta o rechaza lo que la situación en particular le plantea.
Se trata de que racionalicen un poco los sentimientos y que los canalicen intelegentemente sin que por ello pierdan fuerza o espontaneidad.
Es decir, hacer que sea un proceso donde primero reconocemos y admitimos el sentimiento y después decidimos sensatamente quo hacemos con él, cómo actuamos, dónde lo colocamos.
Cuando uno es joven los pensamientos se vuelven amor, con la edad el amor se vuelve pensamientos.