Tema 3: Una buena comunicación, base de la armonía familiar
A veces, es la madre o el padre quien asume de manera exclusiva la responsabilidad de educar, quizá con el apoyo de la familia cercana, de los abuelos o los tíos.
Los adultos que comparten esa responsabilidad, aun cuando sean los padres, necesitan mantener un diálogo abierto para orientar la educación de cada niño.
El amor y la aceptación sustentan el diálogo en familia. Si aprendemos a comunicarnos con palabras sinceras y respetuosas, los niños reciben mensajes de estímulo y así podrán satisfacer su necesidad de autoestima y pertenencia a su familia.
A continuación observamos las dos características que debe tener el Reconocimiento en la familia.
Haz clic en los apartados del lado izquierdo para ver las diferentes características.
El Reconocimiento...
Ayuda a los hijos a reafirmar sus propios valores, su capacidad para enfrentar las tareas y los retos, y les permite desarrollar recursos para resolver problemas.
El reconocimiento los hace sentirse seguros de sí mismos.
El Reconocimiento...
Tiene que ser auténtico, verdadero, debe reconocer el esfuerzo, logros y actitudes que queremos estimular en nuestros hijos.
Tienen el compromiso de comunicarse sanamente con los demás integrantes de la familia.
Los mensajes de aliento y reconocimiento que damos a nuestros hijos los ayudan a formarse como mejores personas.
La comunicación y el diálogo son fundamentales para manejar las "áreas de conflicto" que se presentan necesariamente en la relación familiar. No se trata de evitar problemas, sino de analizarlos y resolverlos juntos.
En cada familia hay situaciones que ponen en peligro la armonía familiar.
Construir un ambiente de concordia y tranquilidad exige de padres e hijos, niños y adultos, un trabajo paciente. Cultivar el afecto, demostrar respeto, escucharse unos a otros con verdadero interés, son los mejores medios para armonizar la vida cotidiana.