Esta formación se complementa con lo que aprendemos en la escuela, en los grupos de amigos, en el trabajo y en el barrio. Pero es sin duda en la familia donde se crean las bases y se procuran los elementos para entender, contrastar, aceptar o rechazar lo que entorno nos ofrece.

Educar es una tarea tan importante que compromete los valores y la integridad de cada padre y de cada madre. Por eso, porque precisamente es una responsabilidad personal, para educar no hay recetas. Nadie puede decirnos cómo formar a nuestros hijos.