Analiza de ahora en adelante cada vez que recibas una ofensa, que, en lugar de culpar a la otra persona por sus actos, descubrir por ti mismo la causa que pudo haber provocado esa situación. Este ejercicio te será de mucha utilidad para descubrir los motivos que tuvo tu mente subconscientemente para haber actuado de tal manera. De esta manera aprendemos a comprender a los demás y que no siempre tienen las peores intenciones en mente.
Lo que la gente nos hace es, con frecuencia, expresión de lo que nosotros le hemos pedido inconscientemente.