3.2.6 Portafolio

El portafolio, que anteriormente se utilizaba primordialmente en las disciplinas de arte, se empezó a usar recientemente para la enseñanza y la evaluación en la mayoría de las disciplinas. Se han encontrado diversas formas de utilizar esta herramienta que suponen muy valiosas aportaciones en el campo de la evaluación.

El portafolio, como herramienta de evaluación, es una recopilación de información que permite monitorear el proceso de aprendizaje. La información debe demostrar las habilidades y actitudes de los alumnos. Esta herramienta, aparte de ser utilizada por el profesor, puede ser muy útil también para los estudiantes, porque les permite participar en la selección de los criterios de evaluación y les da un espacio para la autorreflexión.

El portafolio es útil, también, como forma de coevaluación y de autoevaluación. Es importante no convertir este instrumento en solamente un legajo que contiene una serie de papeles: El portafolio debe incluir reflexiones de los propios alumnos y de sus maestros.

El portafolio puede utilizarse en todos los niveles educativos. En los niveles preescolar y de primaria, por ejemplo, los maestros pueden ir recopilando la información. A medida que los alumnos avanzan y acceden a otros niveles, los propios estudiantes pueden diseñar sus propios portafolios. Los niños pueden ir escogiendo sus trabajos y si después de un cierto tiempo llevan a cabo uno que piensan que es mejor, pueden intercambiarlo por otro. Los portafolios pueden también incluir la percepción de los padres.

¿Qué debe incluirse en los portafolios? Decidir qué incluir en un portafolio puede ser una tarea confusa y angustiante. Hay que recordar que los portafolios son un medio para llegar a un fin, y no un fin en sí mismos. Si se define el objetivo del portafolio -que en este caso sería el de hacer una evaluación eficaz- será más fácil decidir qué debe incluir.