Un caso diferente

Ahora veamos qué pasa si en lugar de comprar un bien a crédito en una tienda departamental decidimos ahorrar el dinero para después comprarlo.

Pedro Ramírez, un empleado de limpieza de la Fabrica Aceros, S. A. que recibe un sueldo mensual de $4,000 decidió comprar una televisión de $4,600 en 78 pagos semanales, 1.5 años, de $100 pesos.

Laura Rodríguez, ama de casa, decidió ahorrar para comprar esa misma televisión, separando $100 semanales del dinero que le daba su esposo para la manutención y ahorrándolos en el banco. Han pasado 46 semanas, y Laura tiene ya los $4,600 de la televisión, más $50 de intereses que le ha dado el banco como rendimiento. Laura puede comprar una televisión similar a la que compró Pedro y no tendrá ninguna deuda, aunque tuvo que esperar para disfrutar de su televisión.

Pedro, en cambio, necesita 32 semanas más para terminar de pagar su televisión con el crédito que recibió para pagar en abonos chiquitos, sin embargo, se llevó a su casa su T.V. desde el día de la compra.

Por su parte, Laura también podrá disfrutar de una televisión igual a la de Pedro aunque con casi un año de diferencia. Pedro seguirá pagando su televisión la cual le habrá costado casi 50% más de lo que le costará a Laura, aunque la pudo disfrutrar de inmediato.

Tanto el crédito como el ahorro son herramientas financieras en las que podrás apoyarte a lo largo de tu vida, solo que cada una tiene sus ventajas y desventajas, analízalas antes de tomar una decisión.

Ahora, te invitamos a que practiques, cómo calcularías los pagos de un crédito y sus intereses si decidieras comprar a crédito algún bien o servicio. ¿Qué decisión hubieras tomado tú? ¿Qué crees que te resulte más conveniente?

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