En muchas ocasiones se cree que el aprendizaje colaborativo consiste en invitar a los alumnos a que trabajen de manera agrupada, sin embargo para que este aprendizaje sea eficiente se debe de realizar de manera estructurada.

Por ejemplo: Si no se planea con antelación la actividad colaborativa o el diseño del o los problemas no es claro, pueden surgir inquietudes o dudas por parte de los estudiantes que contribuyan a que se pierda el interés.

Por otro lado, si no se lleva una supervisión adecuada de la dinámica colaborativa es posible que los estudiantes menos avanzados se pierdan o que sean ignorados o humillados por los más avanzados (Cohen, 1986, citado por Woolfolk 1996)

A continuación veamos algunas propuestas para la operacionalidad del aprendizaje colaborativo.