Emprendimiento de un negocio propio

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Ricardo tenía una idea que aparecía una y otra vez en todas las conversaciones con sus amigos. Esta idea le había surgido del corazón, de su deseo de ser libre, autónomo, de enfrentar retos y salir avante.

Ricardo le daba vueltas y más vueltas a esa idea. Como todo buen emprendedor, no se conformaría hasta ver su deseo transformado en una realidad: su propio negocio… un negocio de productos derivados de la miel de abeja.

Ricardo conocía las necesidades y deseos de su comunidad, sabía lo que les interesaría comprar, así es que analizó muy bien qué productos y servicios podría ofrecer, que estuvieran relacionados con su idea y a la vez fueran atractivos para su comunidad: pensó en algunos productos para el cuidado de la salud (como jarabes para resfriados, dulces para el dolor de garganta, propóleos, jalea real) y, desde luego, cosméticos. “¡Seguro serán todo un éxito!”, pensó.

La idea enfrenta competencia

Para su sorpresa, la idea resultó no ser tan original. Ricardo encontró una gran variedad de productos, servicios y combinaciones de productos y servicios que competirían con los de él, pero eso no lo desanimó, por el contrario, se dispuso a sobresalir… ¡y lo logró!

Gran parte de su éxito como emprendedor se debió a que constantemente ideaba formas de mantener a sus clientes interesados en sus productos y servicios. Ricardo supo generar bienestar para él, para su familia y su comunidad. Pues aunque la idea había nacido del corazón, sabía que tenía que poner los pies en la tierra y aprender de negocios para generar ganancias.

La idea de este emprendedor había fructificado y ahora cuando Ricardo mira a la pared junto a su escritorio, ve claramente cómo esta idea se irá transformando en el futuro, adaptándose a los cambios tecnológicos, culturales, sociales y económicos, para estar siempre vigente.

Este curso propone la prospectiva como metodología para realizar una planeación estratégica divertida, útil y viable. También establece pasos muy sencillos para definir misión, visión y valores de un negocio. Como un negocio sin objetivos es como un barco sin rumbo, se plantea la idea de establecer y cumplir con los objetivos más retadores posibles, pero alcanzables, en el corto, mediano y largo plazo.

Identificar un tipo de negocio propio con buenas posibilidades de éxito.

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