Emprendimiento de un negocio propio

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Jorge era genial. Lo que se dice genial, pues sus ideas eran creativas y muy interesantes; fuera el tema que fuera, Jorge siempre deslumbraba al grupo con sus comentarios. Fuera el problema que fuera, lo resolvía con rapidez asombrosa. No importaba que nunca hubiera escuchado hablar de un tópico, su lógica era "aplastante", hacía las mejores preguntas y daba las mejores respuestas.

Todos esperaban que Jorge triunfara en la escuela y en la vida adulta como hombre de negocios próspero y exitoso, o como científico superdotado. Un genio el muchacho.

Cuando de niño iba a la escuela, su inteligencia sobresalía del resto del grupo, cuando participaba en clase. Pero a la hora de hacer la tarea, ¡qué barbaridad! no encontraba la mochila, ni sabía si había anotado la tarea, tampoco sabía si había examen o exposición. No sabía los nombres de sus compañeros ni el grado y grupo al que pertenecía. Finalizó la educación primaria con un promedio apenas pasable. Secundaria, era algo de lo que no quería hablar.

Jorge no se desanimó. Se puso a pensar en ideas geniales para emprender negocios. Pensó en negocios de pan, de comida, de bebida, de servicios, de oficios, de comercialización, de reparación, de producción, en fin, no había ningún tema al que Jorge le sacara la vuelta. Inició varios negocios, su familia y amigos siempre lo apoyaron. Pero sus negocios pronto se convertían en un caos total, igualitos a sus tareas escolares. La gente lo quería, pues era una excelente persona, pero no sabían si iban a recibir su pago a tiempo, no había comunicación de ninguna clase. Las máquinas se descomponían por falta de mantenimiento. Los equipos no se reemplazaban por desgaste. Los inventarios eran un desorden. Los pagos a proveedores no se hacían porque no se cobraba lo que se vendía y no había flujo de efectivo. Desde luego, no había rentabilidad. Nadie llevaba la contabilidad. El fisco perseguía persistentemente a Jorge porque no hacía sus declaraciones de impuestos. Los clientes que conocían a Jorge le eran leales hasta donde podían, pero acababan yéndose a buscar un producto de mejor calidad. Las cosas empeoraban a tal grado, que la gente lo abandonaba, Jorge se quedaba solo y tenía que rematar lo que quedaba para salir de sus deudas.

Jorge se desanimó al cabo de varios intentos.
Afortunadamente, Jorge tenía una hermana. Su hermana era muy discreta y era incapaz de meterse en los asuntos de Jorge. Ya desde niños habían tenido dificultades y ella aprendió a mantenerse al margen, pues Jorge se sentía invadido en su privacidad cuando ella trataba de ayudarle, además ella era la hermanita menor y no gozaba de popularidad con Jorge. Su hermana, Paty, era excelente estudiante, siempre cumplía con sus tareas y resaltaba por el cumplimiento impecable de sus compromisos. Paty era muy inteligente, y, aunque no tenía la genialidad de Jorge, lograba sus metas personales y profesionales. Paty había estudiado Administración de Empresas. El día que Jorge estaba desanimado, se acercó a Paty en busca de alguna palabra de aliento y ayuda. Paty le dijo a Jorge: "te ayudaré pero no vas a intervenir en la metodología de trabajo que yo implemente en el negocio". Jorge aceptó las condiciones de Paty, pero pensó para sí mismo: ¿cuál metodología? Paty tomó las riendas y asignó actividades a los miembros del equipo de Jorge. En conjunto con el equipo humano, sentó las bases y principios para una buena administración del negocio. Al cabo de algunas semanas, el negocio era rentable, los clientes llegaban por más y ya hasta pensaban en una posible expansión. Jorge no lo podía creer y estaba tan agradecido con Paty que la hizo su socia y Paty se convirtió en directora general del negocio.

Cuando Jorge le pidió a Paty revelar su secreto, Paty le dijo a Jorge: "tienes muchísimos talentos, eres una persona brillante, pero te falta el ingrediente principal para llegar a la meta: administración". La administración de un negocio consiste en planear, organizar y controlar los recursos humanos, materiales y financieros del negocio. Conlleva el aseguramiento de la eficiencia en la producción de productos o servicios del negocio y el aseguramiento de la calidad de los mismos, para satisfacer y sobrepasar las expectativas del cliente. Al final del ciclo administrativo, conviene evaluar la posibilidad de crecimiento del negocio

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