Emprendimiento de un negocio propio

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Antecedentes Ana Laura estudió una carrera técnica en enfermería. Durante varios años trabajó a domicilio turnos matutinos y nocturnos, hasta que un día tuvo una hija y ya no quiso seguir trabajando tantas horas, pues no tenía con quién dejar a su hija. Al pasar las semanas, se le ocurrió dar el servicio de podología a domicilio, a los pacientes a quienes había atendido por las noches, pues durante los años que los cuidó como enfermera, siempre les cuidó muy bien sus pies y no pasaba un día en que alguno de ellos le llamara para pedirle auxilio con sus pies. Ana Laura se había especializado formalmente en el cuidado del pie diabético, pues algunos de sus pacientes tenían problemas de salud de esa índole. Entonces se anunció en los medios locales con el servicio de podología especializada en diabéticos a domicilio. ¡Cuál no sería su sorpresa que a la semana de haberse anunciado, ya tenía tanto trabajo como antes de tener a su hija, pues no sólo sus antiguos pacientes le llamaban, sino que se había extendido la voz en su comunidad acerca de su profesionalismo y lo bien que trabajaba los pies! Ana Laura comentó con algunas de sus compañeras enfermeras la cantidad de trabajo que tenía y varias de ellas le dijeron que aprovechara la oportunidad para poner su propio negocio. Ana Laura no sabía nada de negocios, sólo sabía de pies.

Solución Con la curiosidad propia de los emprendedores, Ana Laura acudió a un taller para emprendedores en su comunidad. En ese taller le enseñaron muchas cosas que no sabía, por ejemplo:

Uno de los temas que más le interesó fue el de obtención de recursos para micro empresas, pues estaba decidida a poner sucursales de podología en su comunidad. Formó parte de la incubadora de negocios de su localidad. Ahí recibió acompañamiento para definir la misión, visión, valores y objetivos de negocio. Aprendió que podría convertir su negocio en franquicias con las que extendería sus servicios a cualquier parte de su país. Como era una incubadora de acompañamiento sin fondos, Ana Laura acudió al organismo de apoyo de su comunidad. En el Centro de Desarrollo Comunitario de su localidad, le proporcionaron un préstamo económico a 10 años, para comprar equipo básico, capacitar enfermeras en podología, comprar medicinas, instrumentos, teléfonos móviles, un equipo para esterilizar equipo médico, y consumibles como: guantes, servilletas, gasas, etc.

Resultados Hoy en día Ana Laura cuenta con 4 sucursales de podología que ofrecen servicios previa cita y servicios a domicilio por las mañanas. Ana Laura tiene un negocio con responsabilidad social, pues muchas familias dependen de ella. Son familias de enfermeras que se han capacitado formalmente y ahora son podólogas profesionales. También es responsable con el medio ambiente. Su negocio es reconocido como caso de éxito en su comunidad. Los pasos que ella siguió pueden serte de utilidad como emprendedor:

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