Introducción

Es una distinción común y conocida el hablar de los conceptos oír y escuchar, el primero como parte de los sistemas del cuerpo humano y el segundo como habilidad que en nuestro contexto educativo se ha manejado solo como el deber de los alumnos o como recomendación previa a la exposición de un tema. Muy pocas veces se ha trabajado en las aulas como una habilidad que forme parte de los saberes que se trabajarán en un curso.

En este módulo, hablaremos de cómo se define la escucha activa y la escucha empática y sus objetivos, así como de algunas recomendaciones prácticas para desarrollarlas. Asimismo, enfatizaremos su pertinencia dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje para la comprensión, análisis, evaluación y apropiación del conocimiento, y con ello el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje dispuestos en cada curso y en cada clase.

Cuando mencionamos los términos oír y escuchar, inmediatamente establecemos diferencias.

Desde el punto de vista del profesor, desarrollar la escucha activa es fundamental, ya que permitirá no solo escuchar lo que nuestros alumnos expresan verbalmente, sino escuchar lo que no dicen; es decir, su corporalidad, lo que nos permitirá evaluar nuestra estrategia de enseñanza.