Golpes,
caídas,
desgastes
y desgarros
El 18 por ciento de los deportistas
de entre 8 y 12 años ya tiene lesiones
de talón. El cartílago del tobillo
de los futbolistas no responde bien
a los golpes y el 25 por ciento de
los profesionales han descubierto
ellos mismos que es un punto
especialmente débil. También el
cartílago de la delicada articulación
de la rodilla puede resultar dañado
de forma irreparable y si no
se toman las precauciones adecuadas
desde la infancia (10-12 años),
esto puede causar una artritis ósea
prematura.Tampoco la cadera escapa
a estos daños y en especial cuando
está cansado, el jugador corre el
riesgo de sufrir fracturas como
resultado de las caídas o colisiones.
De acuerdo con el estudio, los futbolistas
que llevan jugando más de
diez años experimentan un crecimiento
irregular de los huesos de la tibia o del talón. Esto es lo que
se conoce como “pie de futbolista”,
una deformación causada por
los zapatos con suelas y hormas
demasiado flexibles. |
|
Proteger,
sujetar,
estabilizar,
absorber
Si una zapatilla es demasiado rígida,
dificulta el movimiento. Si es
demasiado flexible, incrementa el
riesgo de lesiones y esguinces. Un
buen calzado deportivo debe
cumplir cuatro requisitos:
En primer lugar, debe proporcionar
protección contra factores externos:
resistir los impactos del balón o de
otro jugador, defender de la irregularidad
del terreno y mantener
el pie caliente y seco, incluso con
lluvia y frío intenso.
Debe dar sujeción al pie, y en especial
a la articulación del tobillo, para evitar esguinces, hinchazón y otros
problemas que pueden incluso afectar
a la rodilla. |
|
También debe proporcionar una
buena estabilidad al jugador, de
modo que no resbale en suelo
mojado o no tropiece en superficies
demasiado secas.
Finalmente, debe amortiguar los
golpes, especialmente los que sufren
los jugadores de voleibol y
baloncesto que continuamente
están saltando.
Pies secos
Para evitar molestias menores,
pero dolorosas, como ampollas,
grietas o “pie de atleta” (infección
por hongos), el calzado debe permitir
la evaporación del sudor y
evitar que penetre la humedad
exterior. El material ideal es el
cuero, que puede haber sido
impermeabilizado para evitar que
se empape en cuanto llueva. |