Existe gran preocupación en los líderes actuales por descubrir los secretos que les ayudarán a tener éxito en sus relaciones laborales y conseguir que sus equipos de trabajo lleguen a las metas propuestas.
Se ha descubierto que los mejores líderes no son quienes tienen mayores grados o créditos académicos, ni experiencia técnica o profesional, sino aquéllos que están en contacto con el ámbito emocional personal y el de los demás.
El verdadero líder logra influir en otros de tal manera que quieran seguirle por convicción y por miedo o por obligación.
Consideramos que una competencia fundamental del directivo es la habilidad para manejar sus emociones y orientar a la comunidad a hacerlo. |