Las nuevas tendencias
psicológicas, tanto cognitivas como de procesamiento
de información, invitan a que la educación enfatice
no sólo en conocimientos, sino en el desarrollo y estimulación
de la inteligencia. (Yuste, 1998).
Los estudios más
actuales han encontrado que existen diversos factores que conforman la
inteligencia y que son suceptibles de ser desarrollados. Dentro
de éstos, destacan, la existencia de procesos básicos
del pensamiento a través de los cuales se logra el despliegue
de herramientas mentales de mayor complejidad y amplitud.
Carlos
Yuste menciona en su programa "Pienso" (Programa integral de estimulación
de la inteligencia para contextos escolares), que las habilidades de control
general van adquiriendo más importancia al utilizar la inteligencia formal
plena, y las básicas tienen una enorme influencia en los primeros períodos
de desarrollo del individuo. Por
ésto, es muy importante estimular las habilidades y estrategias mentales
básicas en cada etapa del desarrollo del niño a través de la ejercitación
de áreas como: atención y observación, fundamentos del razonamiento, orientación
espacio-temporal, estrategias de cálculo y problemas numérico verbales,
pensamiento creativo y comprensión del lenguaje.
Todo esto, bajo una perspectiva jerárquica de la inteligencia que progresivamente
se va diferenciando en factores de grupo y que se cristalizan al contacto
con las experiencias del niño.
Margarita
A. de Sánchez menciona que los factores que conforman la inteligencia
son susceptibles de ser intervenidos, que pueden mejorarse mediante programas
dirigidos a desarrollar las funciones de la mente y que una persona puede
ser capacitada para desarrollar habilidades que constituyen aspectos integrales
en sus procesos mentales.
Los fundamentos del
razonamiento o procesos básicos del pensamiento pueden coadyuvar
a establecer las bases de una estructura cognitiva que permita aprender
a aprender. Dentro de éstos, se destacan aquéllos que facilitan
el desarrollo de las habilidades para identificar, relacionar y clasificar
objetos, situaciones o eventos del medio circundante. Posteriormente aquéllos
que estimulan la comprensión y el desarrollo de ciertas habilidades
intelectuales que facilitan la formulación de inferencias, la predicción
y la solución de problemas.
Estos procesos pueden
aplicarse a cualquier situación de aprendizaje y pueden ayudar
a obtener estrategias que permitan estructurar caminos en el deseo de
aprender algo nuevo. Se les invita a navegar por los procesos, y a realizar
el ejercicio que ayudará a comprenderlos. (presione
sobre los procesos del siguiente esquema para obtener información
adicional)
Sin duda alguna, fomentar
el uso de estos procesos en las diferentes actividades y áreas
de conocimiento proporciona estrategias indispensables para aprender
a aprender.
Una actividad intelectual
controlada por una estructura de pensamiento que ordena, selecciona,
jerarquiza, define, necesariamente trae como consecuencia
una capacidad de valoración y de evaluación mayor; una facilidad
para apreciar conforme a una norma o conforme a un criterio, ó
en su caso la capacidad para emitir un juicio crítico.
Para
lograr la competencia en el uso de los procesos, es necesario llevarlos
a la práctica reiteradamente de manera que lleguen a convertirse
en estructuras de pensamiento, formando huellas mnémicas de procesamiento
de la información.
Una vez que estos procesos se adquieren forman parte del razonamiento,
del pensar y de la manera de procesar la información de quienes los poseen.
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