No hay duda de que
la epistemología que sustenta el trabajo del maestro juega un papel
indispensable en su desempeño. Esto nos lleva a reflexionar sobre lo siguiente: En nuestra práctica docente, ¿con qué paradigma nos identificamos?, ¿que tipo de aprendizaje estamos promoviendo?, ¿trabajamos con nuestros alumnos únicamente la memoria?, ¿permitimos la reflexión y la construcción del conocimiento?, ¿tenemos un enfoque ecléctico?, ¿formamos aprendices activos?, ¿considera que el contexto como elemento importante para el aprendizaje?, Y sobre todo ¿es congruente la forma como enseñamos a los alumnos con los nuevos retos que nos plantea la educación y el entorno del siglo XXI?.
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