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V La entrega de los apoyos monetarios de Progresa

Los apoyos monetarios del Programa son entregados directamente a las madres de las familias beneficiarias. Los apoyos se entregan en efectivo y se realizan cada dos meses. Para que estas ayudas no pierdan su poder adquisitivo, su monto se ajusta según la inflación acumulada.

 

Monto mensual de los apoyos monetarios
(pesos)

Concepto

1997
                          

1998
(1er. semestre)

1998
(2do. semestre)

1999
(1er Semestre)

1999
(2do. semestre)

Apoyo
Alimentario

90

95

100

115

125

Primaria

 

 

 

 

 

3

60

65

70

75

80

4

70

75

80

90

95

5

90

95

100

115

125

6

120

130

135

150

165

Secundaria
Primero

 

 

 

 

 

Hombres

175

190

200

220

240

Mujeres

185

200

210

235

250

Segundo

 

 

 

 

 

Hombres

185

200

210

235

250

Mujeres

205

220

235

260

280

Tercero

 

 

 

 

 

Hombres

195

210

220

245

265

Mujeres

225

240

255

285

305

Monto máximo

550

585

625

695

750

 

Progresa busca que todos los niños de las familias que lo necesitan, y que cursen regularmente sus estudios, cuenten con el estímulo de una beca. Existe, sin embargo, un monto máximo de los apoyos monetarios que una familia puede acumular (tanto de becas como de ayuda alimentaria) para no crear incentivos que propicien el tener más hijos. El monto máximo asciende a 750 pesos por mes.

Enfoque de género

Progresa reconoce que existe un trato social desigual hacia las mujeres, por lo cual, como una contribución para erradicar dicho desigualdad, promueve la igualdad de género en las comunidades donde opera.

Así, el programa canaliza todos los apoyos económicos a las madres de familia. Ello tiene un doble cariz. Por un lado, el Programa se apoya en el hecho de que habitualmente las mujeres hacen un uso más juicioso, responsable y provechoso de los recursos que tienen a su alcance en pro de todos los miembros del hogar, pero particularmente de los niños y niñas.

Por el otro lado, Progresa reconoce que aún persisten desigualdades sociales que derivan en desventajas para las mujeres y las vuelven más vulnerables a las condiciones de pobreza y minan sus esfuerzos por mejorar su situación y la de sus hijos. Progresa busca potenciar el papel de las mujeres para que cuenten con oportunidades genuinamente igualitarias de desarrollo personal.

Asimismo, como se señaló anteriormente, el monto de las becas que se entregan en el nivel de secundaria es ligeramente superior para las niñas que para los niños, a efecto de contrarrestar el hecho de que las mujeres interrumpen sus estudios antes que los varones.

Transparencia en la operación

Una orientación estratégica del Programa es la transparencia de su operación. La selección de localidades en las que opera y la identificación de familias beneficiarias se lleva a cabo con base en procedimientos rigurosos, objetivos e imparciales, los cuales son totalmente verificables y auditables.

Las familias beneficiarias se han incorporado progresivamente al Programa mediante asambleas comunitarias en las que se toma un acuerdo sobre el padrón de beneficiarios. En estas asambleas, se explican las características y el funcionamiento del Programa y se elige una promotora comunitaria voluntaria de entre las titulares beneficiarias.

Las principales funciones de las promotoras son:

  • Orientar a los padres de familias sobre sus corresponsabilidades
  • Vigilar el uso adecuado de los apoyos monetarios por parte de las titulares
  • Canalizar las solicitudes y sugerencias de las familias beneficiarias

Otra característica para lograr una operación transparente, es que los apoyos de Progresa se entregan en forma directa a las familias beneficiarias, con absoluto respeto a sus preferencias políticas, así como a sus costumbres y características culturales de sus comunidades.

Pasar de un círculo vicioso de la pobreza a círculos virtuosos de combate a la pobreza.

Círculo vicioso de la pobreza

El enfoque integral de Progresa se basa en el hecho de que un mayor nivel de educación mejora el uso de los servicios de salud, porque favorece una cultura de higiene y de prevención. De igual manera, la salud en los niños propicia un mejor rendimiento escolar, dado que un niño sano presta mayor atención en el aula y falta menos a clases. Ademas a mayor escolaridad, las familias desarrollan una mayor iniciativa para valerse de la información y de los servicios a su alcance.

Desde el punto de vista de la alimentación, un buen estado nutricional es fundamental para el desarrollo y ejercicio de las capacidades de aprendizaje de las personas. En correspondencia, un mayor nivel de escolaridad repercute sobre el estado nutricional, ya que puede favorecer la adopción de patrones alimentarios adecuados, así como la disponibilidad de más y mejores alimentos, por los mayores niveles de ingreso que generalmente se asocian con la escolaridad.

Estos círculos virtuosos no serían posibles sin el apoyo y el concurso de diversas instancias para ofrecer este paquete integrado de servicios y acciones. La fortaleza de su operación reside en la participación de los tres órdenes de gobierno, federal, estatal y municipal.

La coordinación interinstitucional se traduce en la práctica en una suma de voluntades que busca hacer más eficiente, a partir de los recursos disponibles, el combate a la pobreza extrema.

No obstante, la participación más valiosa en estas tareas es la que desarrolla la población misma. Así, la superación de los factores que dan lugar a y perpetúan la condición de pobreza depende fundamentalmente de la activa corresponsabilidad de las familias beneficiarias y sus comunidades.

Evaluación

La adecuada evaluación de sus resultados e impactos es de la mayor relevancia para Progresa. Desde su inicio, el Programa ha aplicado un esquema de evaluación donde se utilizan diversas aproximaciones metodológicas. Éstas, comprenden tanto instrumentos cuantitativos como cualitativos que permiten una clara apreciación de los resultados e impactos del Programa en los individuos, en las familias beneficiarias y en las localidades atendidas.

Los trabajos de evaluación incluyen estudios longitudinales, los cuales operan mediante la aplicación de encuestas a hogares e individuos. Las encuestas permiten seguir la evolución a lo largo del tiempo de una muestra de familias que han recibido los apoyos de Progresa y una muestra de familias que no los reciben. Ello permite evaluar no solamente los impactos del Programa, sino cómo éstos cambian en distintas etapas de la observación.

Dentro de la evaluación se incluyen también estudios del impacto de Progresa en diversos temas como: a) educación de los niños, b) salud y nutrición , c) dinámica de consumo de la familia, d) la condición de las mujeres y e) la participación en la fuerza laboral.

Otra estrategia de evaluación se basa en el uso de los registros administrativos de los servicios de salud y educación, así como de los registros de corresponsabilidad del propio Programa. Con esta información, se analiza el incremento de la atención a la salud y el cambio en la matrícula escolar. El impacto del Programa se estima mediante la comparación de las tendencias en escuelas y clínicas donde asisten niños y familias beneficiarias de Progresa, con escuelas y clínicas en áreas rurales que no reciben los apoyos del Programa.

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