Muchas veces puedes confundir la libertad con el hecho de poder transitar en las calles o el tener la facultad de movilizarte de un lugar a otro.
Pero si analizas más a fondo el concepto de libertad, en muchas ocasiones podrás sentir un encierro más poderoso en tu alma y tu mente, que de nada te servirá tener el derecho de transitar por las calles, pudiendo llegar inclusive a un estado en que tu actitud hacia la vida sea triste y sin anhelos.
La cárcel más fuerte es precisamente la que no tiene barrotes, puertas, ni rejas.
¡No permitas que las emociones lleguen a ser una prisión para tu persona!
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