La estrategia está orientada por un lado a influir en las instituciones que se pretende influir, a generar apoyo por parte de la ciudadanía y de organizaciones afines a la causa y ayudar neutralizar a los opositores y a contrarrestar los argumentos que se esgriman en contra de los cambios que se están proponiendo.

Existen muchos medios para llevar el mensaje adecuado a cada público. Estos van desde las nuevas tecnologías virtuales como blogs y redes sociales (Facebook, Twitter), medios de comunicación como prensa, televisión y radio, hasta foros, reuniones y conferencias. Las cartas firmadas por ciudadanos que respaldan la iniciativa, los talleres y conferencias para explicar la política propuesta, los debates públicos transmitidos por los medios, la producción de materiales educativos, las reuniones con los tomadores de decisiones, las cartas enviadas a los medios de comunicación por la organización o por ciudadanos afines a la causa, etc. son medios que se pueden utilizar para movilizar el apoyo a los cambios propuestos. El apelar a símbolos atractivos o involucrar líderes de opinión o personajes públicos que apoyen la causa, puede ser parte de la estrategia de comunicación y contribuye a sensibilizar a la opinión pública y a generar apoyo a la causa. En el caso de tener una estrategia de comunicación a gran escala, es recomendable definir unos voceros a nivel nacional y unos voceros a nivel regional o internacional para mantener la unidad y coherencia en la comunicación (Tapia, M. et al. 2010: 90 - 100).

Además de la comunicación externa, es importante tener una estrategia de comunicación interna tanto a nivel de la organización como de la alianza o coalición. De esa manera se asegura la coordinación, coherencia y compromiso del conjunto de organizaciones participantes y de cada uno los miembros de equipo de dichas organizaciones.