Veamos brevemente algunos aspectos del  relacionamiento de Natura con su entorno en Cajamar, para así contestar estas preguntas.

La historia de la presencia de Natura en Cajamar se remonta a 1998. Al llegar a Cajamar, Natura tenía claro que no se trataba “solamente de construir una fábrica, sino de construir un espacio integrado al lugar” pues una “empresa pertenece a un lugar y siendo así, influencia y es influenciada continuamente” por ese lugar. Por otro lado, Natura tenía también claro que el “éxito de un negocio en el largo plazo está vinculado al desarrollo de la comunidad” (Natura, 2015:5-6).

La expectativa inicial por parte de personas e instituciones de Cajamar a la llegada de Natura era que la empresa podría resolver directamente los problemas del municipio, financiando la construcción o la ampliación de escuelas, dando patrocinios para diferentes programas, ofreciendo insumos materiales para centros de salud, etc. Pero el interés de Natura no era ese. La empresa quería apoyar en Cajamar el proceso de democratización que se estaba dando en otras regiones del país y “actuar a partir de  la influencia en políticas públicas, del fortalecimiento de instituciones y de la creación de espacios democráticos y de articulación de líderes” (Natura, 2015:6). Es decir, Natura estaba más inclinada a apoyar procesos para que la comunidad tuviera las herramientas para identificar y resolver sus propios problemas que en resolver directamente los problemas que la empresa creía que eran los prioritarios.