En el lenguaje
de las ciencias, lo que se trata de describir, explicar y/o predecir —es decir, las unidades de análisis—se
denomina ‘variables’. Naturalmente, también
son los objetos (o sujetos) que se intenta medir. Las unidades
de análisis se llaman variables simplemente porque cuando
se observan en el mundo real, sus características ‘varían’ de
una observación a otra. En el ejemplo del Cuadro 1, los
maestros son una variable. Cualquier otra cosa (objeto o sujeto)
en que estuviéramos interesados podría ser una variable,
como las calificaciones de las pruebas, pago de maestros, niveles
de ingreso, tipos de escuelas y organización escolar, culturas,
etc.
Los ‘maestros’ varían según su experiencia,
capacitación, métodos de enseñanza y pago,
según lo ilustran Ali, Mary y Lee en el Cuadro 1 de la
lección anterior. Pero esto es aplicable a cualquier realidad
educacional. Es decir, las distintas escuelas están organizadas
y administradas de manera diferente, los directores tienen diversos
estilos de gestión, al igual que distintos grados de autoridad,
las calificaciones de las pruebas obtenidas por los diferentes
estudiantes no son las mismas, etc. Expresado de manera algo
diferente, las características de los elementos que deseamos
medir varían de una observación a otra, porque
no todos los maestros ganan lo mismo, no todos los países
invierten lo mismo en educación, no todos los niños
obtienen las mismas calificaciones en las pruebas, etc. En las
ciencias sociales, prácticamente todos los objetos en
los que podamos estar interesados serán una “variable”.
Las “constantes” son extremadamente raras en las
ciencias sociales.
Una ‘constante’, a diferencia de una variable, siempre
tiene el mismo valor. En educación no existen constantes,
pero existen varias en física y matemáticas, por
ejemplo, la fuerza de gravedad o el número p (3.14159…).
Tal vez el ejemplo clásico de una constante es la velocidad
de la luz (denominada ‘c’), cuyo valor es aproximadamente
300.000 km./seg. en cualquier lugar del universo en que se mida.
Todos los números, por ejemplo 2, 7, 35, etc., también
se denominan ‘constantes’, porque, por definición,
siempre tienen el mismo valor; es decir, el número 7 es
una constante porque su valor siempre es 7 y nunca varía.
Una constante, como la velocidad de la luz, se comporta en forma
muy diferente a una variable, como las tasas de matrícula
primaria. Estas tasas “varían” de modo significativo
según el ingreso medio de un país, la eficacia
de las escuelas, el mercado laboral y la cultura, entre otras
cosas. A diferencia de la tasa de matrícula primaria,
la velocidad de la luz es una constante y por lo tanto siempre
mantiene el mismo valor. El cuadro 2 proporciona una estimación
de la tasa de matrícula primaria (variable) y la velocidad
de la luz (constante) en algunos países de Latinoamérica.
Cuadro
2. Tasas de matrícula primaria y velocidad de la
luz Latinoamérica.
País
|
Tasa
de Matrícula
en Educación Primaria |
Velocidad
de la Luz |
Brasil
|
89.3%
|
300,000 km/seg. |
Jamaica |
98.5% |
300,000 km/seg. |
Nicaragua |
70.9% |
300,000 km/seg. |
Perú |
96.3% |
300,000 km/seg. |
Existen diversos
tipos de variables, discretas y continuas, dependientes
e independientes, etc. A lo largo de esta guía se discuten
un buen número de tipos de variables, siempre intentando
basar la discusión en un contexto que les dé un significado
concreto. Al final de este módulo se discuten las llamadas
variables dependientes e independientes.